Soñar que adoramos a Dios, significa alegrías, y satisfacciones para el durmiente. Lograremos llevar a cabo nuestros proyectos, y metas personales, y profesionales, y con más éxito del que esperábamos.
Por el contrario soñar que adoramos ídolos profanos, es un mal presagio que indica alguna calamidad en nuestras empresas. No es además buen momento para las inversiones, ni para las apuestas, si no al contrario, deberíamos pensar en ahorrar lo que podamos, ya que podría presentarse una mala racha económica en nuestra vida.
Adorar a otra persona en el estado onírico, es símbolo de una pequeña traición en contra nuestra, que aunque no serádemasiado grave, nos causará desilusión, o tristeza.
Los demás detalles del sueño, nos darán las claves para interpretarlo al completo.
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